1 Corintio 5:17
Sabemos que hay hábitos, actitudes y otros aspectos de nuestra vida y carácter que debemos cambiar, por nuestro bien y por el bienestar de los que nos rodean; sinceramente queremos cambiar, es mas lo hemos intentado una y otra vez, logramos mejorar un poco pero terminamos dándonos por vencidos al volver a lo mismo de siempre. Es aquí cuando quien nos conoce o nosotros mismos concluimos: “tu no cambiarás ni volviendo a nacer…”.
Pero esto no tiene que seguir siendo así, hay forma de efectuar un verdadero cambio de raíz, desde lo más profundo del corazón. Dice la biblia en 1 de Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Aquí está la clave de una verdadera transformación, estar en Cristo, posicionar nuestra vida, actitudes y decisiones bajo su mando, es lo que realmente hará el cambio que necesitamos “y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” 1Cor. 5:18-19
En estos últimos versículos entendemos que para ser renovados como nueva creación, debemos establecernos en Cristo, a su vez para estar en Cristo es necesario reconciliarse con Dios, hacer las paces con Él, ¿Que qué? ¿Las paces con Dios? ¿Acaso me he peleado con Dios? Pues si, en realidad todo mundo ofende y ha ofendido a Dios, todos somos pecadores, no hay justo, ni aun uno, todos nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino de maldad, mas el Señor cargó en Jesús el pecado de todos nosotros, a fin perdonarnos y limpiarnos de toda inmundicia y presentarnos ante Él sin mancha ni arruga ni cosa semejante, para que los que viven ya no vivan para sí, sino por aquél que murió y resucitó por ellos.
Reflexiones:
• Los seres humanos no estamos diseñados para vivir aisladamente, paradójicamente para ser plenos como individuos, necesitamos conexiones sanas con los demás, y lo más importante, una conexión sana con el creador.
• La frase “ni volviendo a nacer” no es aplicable cuando en realidad tenemos la convicción de realizar un cambio verdadero en nuestras vidas, porque sí se puede, con la ayuda de Dios claro que se puede, es posible volver a nacer, haciendo las paces con Dios se vuelve a nacer.
• Si dejamos que Jesús nos limpie y se encargue de nuestra vida, lograremos vivir por Cristo y para Cristo, Él ya pagó por tus pecados en la cruz, solo firma para aceptar que Él liquide la factura, entonces, solo entonces vuelves a nacer y he aquí todas las cosas son hechas nuevas.
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