jueves, 11 de agosto de 2011

SOMOS TAN FRÁGILES

1 Corintios 4
¿Te ha pasado que cuando te sientes poderoso e invencible, que puedes con todo con lo que se te ponga enfrente, de pronto te ves impactado por una noticia de un tsunami, una inundación, terremoto o algo parecido que arrasa con vidas humanas?
Pues a mi si, y es cuando reflexiono y digo ¡Somos tan frágiles! Incluso no es necesario enfrentarnos cara a cara con las poderosas fuerzas de la naturaleza para poner de manifiesto que nuestras vidas pueden romperse tan fácilmente como una copa de cristal por una enfermedad que nos toma por sorpresa, incluso hemos sabido de casos que un simple resbalón o un atragantamiento dan por terminada la existencia de uno de nuestros semejante.

Pablo reconoce esta realidad y nos hace reflexionar que más importante que el recipiente delicado que es nuestro cuerpo, es lo que contiene ese recipiente, lo que lo hace valioso y poderoso. Concretamente en este capítulo habla a los que ya han pasado de ser unas simples creaciones de Dios, a ser sus colaboradores, y como tales, el Señor deposita dentro de nuestras vidas delicadas un gran tesoro que es el ministerio o tarea de vida asignada por Él.
Al respecto en los versículos 7 al 18 del capítulo 4 de esta carta dice: “Tenemos este tesoro en vasijas de barro para demostrar que este extraordinario poder que obra en nuestra vida no viene de nosotros, sino de Dios. Por eso aunque tengamos toda clase de problemas, no estamos derrotados. Aunque tengamos muchas preocupaciones, no nos damos por vencidos. Aunque nos persigan, Dios no nos abandona. Aunque nos derriben, no nos destruyen. [...] Por eso, no nos damos por vencidos. Es cierto que nuestro cuerpo se envejece y se debilita, pero dentro de nosotros nuestro espíritu se renueva y fortalece cada día. Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen. A nosotros no nos interesa lo que se puede ver, sino lo que no se puede ver, porque lo que se puede ver, solo dura poco tiempo. En cambio, lo que no se puede ver, dura para siempre” Versión La palabra de Dios para todos (LPDPT).
Reflexionando
• Estemos conscientes de nuestra realidad, venimos del polvo y al polvo vamos, somos débiles vasijas de barro. Cuando estamos ciertos de esto, seguramente no confiaremos en nuestras capacidades, sino en el cuidado, amor y provisión de Dios, de esta manera le permitimos obrar poderosamente y llevarse la merecida gloria.
• Nuestro paso por este mundo es fugaz, no nos quedaremos aquí para siempre, pero según leímos en la palabra de Dios, nuestro espíritu si es eterno y puede gozar de glorias eternas, trabajemos pues para un proyecto de vida eterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario